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Cómo adaptarse a un estudiante de intercambio

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La experiencia de acoger a un estudiante de intercambio tiene una serie de ventajas pero también sus retos, uno de ellos es la adaptación de la familia anfitriona a dicho alumno. Cada familia tiene sus propios problemas y la presencia de un nuevo miembro podría causar agitación, especialmente al comienzo del programa de intercambio. En este artículo te contamos las tres cosas más importantes que debes saber para adaptarte a ser estudiante de intercambio.

1. Comprende que el estudiante de intercambio experimentará un choque cultural

Choque cultural

AEl choque cultural es un fenómeno que ocurre cuando alguien se muda a otro lugar y pasa por una serie de fases. Al principio, existe la emoción de estar en ese nuevo país, después de lo cual se extraña el país de origen. Finalmente, la persona que se mudó incorporará a su personalidad los valores aprendidos en el país de acogida, momento en el que se habrá producido la adaptación. Sin embargo, mientras esto sucede, es necesario entender que el estudiante de intercambio experimentará síntomas como ansiedad, bajo estado de ánimo, dolores de cabeza y estómago, retraimiento, cambios de humor e incapacidad para concentrarse.

Naturalmente, quienes padecen estos síntomas no estarán en su mejor momento, y en el caso particular del estudiante de intercambio, a la ecuación se suma la nostalgia, por lo que estos estudiantes no la están pasando bien. Por lo tanto, los miembros de la familia anfitriona deben tener esto en cuenta y ser especialmente empáticos con el estudiante de intercambio. En este sentido, pueden animar a estos últimos a realizar una serie de acciones para superar dicho choque cultural.

Estas actividades incluyen la realización de actividades de intercambio cultural, deportes, contacto frecuente con los seres queridos de los estudiantes de intercambio, y animarlos a construir nuevas relaciones sociales en el país de acogida. Respecto a este último punto, los miembros de la familia anfitriona harían bien en integrar al estudiante de intercambio en sus actividades, como invitarlo a sus reuniones sociales y otros eventos. De esa manera, el estudiante puede distraerse y conocer gente nueva.

2. Prepárate para lidiar con los problemas familiares

Lidiando con problemas familiares

En toda familia hay problemas y la llegada de un estudiante de intercambio no los resolverá por arte de magia. Por el contrario, la presencia de un nuevo miembro puede hacer que surjan nuevos problemas o que empeoren otros, como rivalidad entre hermanos y problemas económicos. Cuando se trata de rivalidad entre hermanos, lo primero que hay que entender es que es normal que esto suceda. Los niños siempre competirán por la atención de sus padres, por lo que estos últimos deben decirle constantemente al primero cuánto los ama y demostrárselo con acciones, además de recordarle que el estudiante de intercambio está lejos de su país. Por eso, es importante tratarlos con cuidado para ayudarlos a superar el choque cultural.

Ahora bien, en cuanto a los problemas económicos, esta es una situación que hay que prever y, en todo caso, gestionar. Si bien el objetivo de un programa de intercambio no es el beneficio económico de la familia anfitriona sino el enriquecimiento cultural y espiritual de todas las partes involucradas, también es cierto que este programa de intercambio no debe empobrecerlas.

Por ello, la familia anfitriona primero debe analizar si cuenta con los recursos para cumplir con ese rol y, en caso de requerir una compensación por los gastos de manutención del estudiante de intercambio, esto debe acordarse con anticipación. Además, si hay un cambio en la situación familiar y es necesario que dicho estudiante aporte una cantidad mayor, también se debe abordar este tema. El dinero no compra la felicidad, pero cuando no lo tenemos, puede ser una causa adicional de estrés.

3. Dales alegría

Si bien esto se puede deducir de los dos puntos anteriores, es necesario recalcar que la forma más sencilla de adaptarse a otra persona y, en general, de hacer que cualquier relación funcione, es dando alegría a los demás. Comprender que el estudiante de intercambio es un ser humano y como tal merece ser tratado con respeto y consideración, sobre todo teniendo en cuenta su situación especial. Si la familia anfitriona trata adecuadamente al estudiante de intercambio, hará lo mismo con él, creando un círculo virtuoso que hará agradable la convivencia.

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